Padres misioneros FIDEI DONUM

La expresión « Fidei Donum » quiere decir en latín  « don de la Fé ».

Es el nombre de la Encíclica de Pio XII del 21 de Abril de 1957 que invitaba los Obispos a portar con él « la preocupación de la misión universal de la Iglesia », no solamente por los medios de la oración y la entreayuda, mas también colocando algunos de los padres a disposición de otros continentes.  Los padres sujetos se quedan a disposición de su diócesis de origen y que

revienen después que su tiempo de misión es cumplido, son llamados « padres Fidei Donum ».

Es el padre Raymond quien será llamado primero a hacer parte de esta comunidad de padres y ciertamente de una manera providencial:

« Cuando trabajaba sobre la parroquia de Besançon, había tomado la decisión de dar a los niños una abertura misionaria, proponiéndoles de ayudar un padre, originario de nuestra parroquia, en mision a Tchad.  Él,  necesitaba rodar mucho y las llantas eran muy caras.

Con los niños organizamos colectas de papeles y periódicos, que vendidos sirvieron para comprar aquellas llantas  de que el padre tenía tanta necesidad.  El agradeció con entusiasmo por su servicio a los pobres y yo pensaba que hubiera sido tan feliz de meterme en una de las llantas…Yo quería vivamente partir en misión.  Dios iba a responder pronto a mi oración.

Un Domingo, al curso de la Santa Misa, yo pedí a Dios de ser el mensajero de su Paz, continuando de « crear lazos más fuertes entre nuestras comunidades para rehacer el Pueblo de Dios en la unidad », según la expresión de nuestro Santo Papa Juan Pablo II.

Poco después, yo recibo un llamado para partir a Camarones, pues nuestro obispo de Besançon había recibido un pedido de ayuda urgente : Una leprosería de Camarones tenía gran necesidad de un padre.

El 24 de Agosto, yo desembarcaba en Douala, sobre la tierra de Africa, para vivir a la Dibamba, al medio de 400 leprosos ».

En todo lugar donde ello llegan en misión, Pierre y Raymond procuran crear antes que todo, un gran espíritu de partage, de encuentro del otro, de amistad y responsabilidad compartida, con el fin de colocar los hombres de buena voluntad en relación los unos con los otros por un trabajo común con una mirada nueva sobre el hombre, llena de amor fraternal y esperanza. Siguiendo las huellas de Jesús, ellos han querido hacer de su misión un testimonio de Fé y  de Caridad  para despertar las conciencias de sus amigos que encuentran los que les son confiados ; al mismo tiempo, se trata de tejer una red misonera entre todos. Este aspecto les valdrá el nombre de « Constructores de Puentes ».

Monseigneur ZOA à la léproserie de JAMOT (Cameroun)